jueves, 9 de mayo de 2013

TU COCIENTE DE IRRITABILIDAD

Dios Dijo:
Los problemas surgen en diferentes tamaños, pero tu respuesta es, con frecuencia, más desastrosa que el tamaño de los problemas. Cuando estás enojado y agitado, lo estás en gran medida. ¿No es cierto? Los pequeños contratiempos parecen perturbarte tanto como los grandes. Un contratiempo es un contratiempo. ¿Qué vamos a hacer respecto a que tengas una respuesta que se adapta a todo?
Muchas de tus irritaciones son respecto a cosas pequeñas sin importancia, pero tus irritaciones han hecho de una cosa pequeña una catástrofe. Es como si tuvieras una única ranura para introducir problemas de todos los tamaños. Esta es una pequeñez, amado, cuando haces de un pequeño problema algo grande. Algunas veces parece que tienes un cociente de irritación que sientes que debes alcanzar. ¿Qué harías, amado, sin tus estallidos? ¿Qué harías con toda tu energía si nada te tocase? Sin embargo, las irritaciones, pequeñas o grandes, te alcanzan. Ellas te rozan de forma incorrecta. Las irritaciones son intolerables para ti, incluso aunque no sean sobre nada en especial.
Redimensiona tus irritaciones ahora. Los demás tienen otra forma de realizar las cosas mundanas y tratarán de imponértela. Debes admitir que las cosas más pequeñas pueden hacerte explotar. El hecho es que no quieres que nadie te diga qué hacer o cómo hacerlo. No lo quieres, a menos que lo pidas, pero incluso entonces, algunas veces no quieres oír verdaderamente.
¡Ah! Amado; esperes más a que todos hagan lo que quieres, incluso cuando los demás parecen esperar que tú hagas lo que ellos quieren. ¿Qué tan importante son los detalles en cualquier caso? La gente ve como ve. Déjalos. No vas a poder cambiarlos. Ellos, sin embargo, pueden pensar que van a cambiarte. Y si lo logran, ¿qué habrán logrado? ¿Qué creen que han logrado? ¿La confirmación de que ellos están en lo correcto y que tú estás equivocado?
La verdadera pregunta es: ¿Qué es importante para ti? Y por consiguiente: ¿qué es importante para los otros? ¿Qué encabeza tu lista, y qué encabeza la de los demás? ¿No es este el verdadero asunto?
Una persona busca la precisión y otra a la funcionalidad. Ninguna está en lo correcto, y ninguna está equivocada. No existe una única forma correcta, y no existe un único modo incorrecto; sin embargo, hasta en los asuntos pequeños, el juicio se abre camino al frente. Un poco de todo sería algo bueno, pero no el juicio. Se debe arrojar fuera el juicio. El juicio no pertenece. No tiene derecho a imponerse. Que el "no intervenga" sea tu lema incluso aunque no sea el de los demás.
Lo que no es asunto de alguien más, tampoco es asunto tuyo, pero te vuelves arrogante cuando alguien se mete en tus asuntos, y lo tomas como motivo para meterte en los asuntos de los otros. Quieres tu propio espacio para andar libre, y alguien ha entrado a tu territorio. Ellos han traspasados sus límites.
La suma de muchas irritaciones es como esto: supongamos que quieres pintar tu cerca de rojo. Es tu cerca. Puedes pintarla del color que quieras. Comprarás la pintura y la pintarás. Entonces, alguien te dice que deberías pintarla verde o blanca. Dejas que el otro comente -eso es todo lo que es: un comentario- dejas que su comentario te ponga nervioso. ¿Tienen ellos que estar de acuerdo contigo? ¿Tienes que estar de acuerdo con ellos? No, no tienes. Puede que ellos no lo sepan, pero tú sí lo sabes. Entonces, permítete la libertad de elegir, y permíteles a los demás la libertad de opinar. Es un hecho que pintarás tu cerca como quieras. No tienes que anunciarlo en voz alta.
Así, quieres vivir y no ser molestado. Así que, amado, ¡vive sin ser molestado! En lugar de ello, trata de sonreír.
Traducido por: jhrendon

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