sábado, 2 de marzo de 2013

SIENTE PROFUNDAMENTE

SIENTE PROFUNDAMENTE (Neville - 30 de mayo de 1969)
Neville Goddard (30 de mayo de 1969)


SIENTE PROFUNDAMENTE



Lo que tú sientes profundamente es mucho más importante que lo que estás pensando. Puedes pensar en hacer algo durante mucho tiempo y no hacerlo nunca, pero cuando sientes algo profundamente te ves impulsado a actuar – ¡y Dios actúa! El que es la causa de toda vida actúa a través de la sensación de sentir. Puedes pensar en mil cosas, sin embargo no ser movido a actuar sobre una sola de ellas. Una convicción profunda –sentida, es mucho más importante que cualquier cosa que tú puedas nunca pensar.

Vayamos al primer capítulo de la epístola de Santiago: “Pide con fe, sin dudar, pues el que duda es como la ola del mar que es llevada y sacudida por el viento. Que esa persona no crea que un hombre de doble pensamiento, inestable en todos sus caminos, recibirá algo del Señor. Sino sed hacedores de la palabra y no sólo oidores, engañándoos a vosotros mismos. Pues si eres un oidor sólo y no un hacedor, eres como un hombre que observa su cara original en el espejo y luego sigue su camino, olvidando cómo es. Pero si eres un hacedor de la palabra y no sólo un oidor olvidadizo, observarás la perfecta ley de la libertad y perseverarás. Ese hombre será bendecido en todas sus obras.”

¿Cómo harás para ser un hacedor en lugar de un oidor? Actuando con fe. El personaje central de las Escrituras, llamado Jesús, no puso límite al amor de Dios y al poder de la fe. De hecho todas sus grandes obras eran precedidas por las palabras: “Según tu fe.” Ahora, la fe abarca la sensación. Si tienes fe tú actuarás, y si tú actúas Dios en ti está actuando, pues Dios es tu propia maravillosa imaginación humana cuyo nombre eterno es YO SOY. Él actúa sólo cuando tú lo sientes. Esto es verdad incluso del modo más práctico.

Si yo te digo qué me gustaría ser y tú me dices que siga mi camino, ya que ya lo soy – y por un fugaz momento veo el mundo como lo vería si eso fuera verdad, luego me doy la vuelta y me voy, olvidando lo que el mundo parecía sólo un momento antes –yo soy un oidor olvidadizo. Pero si soy un hacedor de la palabra y no sólo un oidor, yo persevero; o – como la palabra es traducida en la Versión del Rey Jaime, yo “continúo en” el estado, pues todas las cosas son posibles para el poder de la palabra.

Mira en un espejo y verás tu cara reflejada ahí; pero tú tienes otro espejo en el que puedes mirar. Ese es el espejo de tus amigos; si ellos oyen tus buenas noticias, sus caras lo reflejarían, ¿no? Asume que tu deseo es ahora un hecho. Siente su sustancia y su realidad. Luego deja que tus amigos te vean en ese estado. Ellos son tu espejo viviente.

Ahora persevera en ese estado y no te vuelvas y olvides rápidamente cómo quieres ser. Cruza esta puerta esta noche con la asunción de que eres el hombre (o mujer) que tú quieres ser. No hay ninguna diferencia si el exterior lo niega; tú has visto la expresión de las caras de tus amigos y oído sus felicitaciones en el interior, con fe. Ahora lleva esta sensación a lo profundo y persevera. Convoca un espejo viviente de amigos y conocidos que han oído tus buenas noticias y acéptalo como permanente. Ve tu cara reflejada en las suyas. Si ellos te aman, verás empatía. Ellos se regocijarán a causa de tu buena fortuna. Ahora, persevera en esa conciencia y no olvides lo que has visto en tu espejo viviente. Si lo haces, serás bendecido al hacerlo, como se te dice en el primer capítulo del Libro de los Salmos: “Bendito es el hombre que se deleita en la ley del Señor; la perfecta ley de la libertad, pues en todo lo que él hace, prospera.”

¿No fuiste liberado de tu pasado cuando viste las caras de tus amigos reflejando lo que tú querías que vieran? Si hubieras dejado el estado de pobreza, enfermedad o debilidad atrás y te hubieras movido al estado de riqueza, salud o fuerza – y tus amigos lo supieran –te habrías liberado de tu limitación anterior. Así, observando la perfecta ley de la libertad y perseverando, eres bendecido en todo lo que haces.

Yo te digo desde la experiencia personal que esto funciona, pero nosotros somos el poder operante. No opera por si mismo. Tú te puedes haber enterado de esta ley de oídas y haberla leído en un libro, ¿pero tú sabes por experiencia que la ley funciona? ¿La has puesto a prueba? ¿La has probado? Si lo has hecho, entonces puedes hablar con autoridad, que no tenías antes de la prueba. Yo puedo decirte: a través de la utilización de esta ley tú eres completamente liberado.

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