por Jossie Del Valle Conty
Algunas personas sienten estrés en estas fechas, quizás porque la Navidad se ha materializado totalmente, regalos, fiestas, gastos. Desvirtuando el verdadero significado de esta época y lo que se supone aporte a nuestras vidas que es un renacer en el espíritu y un recordar quién fue Jesús y cuál fue su gran enseñanza de amor incondicional en su máxima expresión que nos dejó.
Despedir un año puede causar tristeza y hasta depresión, quizás ello se manifiesta ante sentimientos de inconformidad con la vida, y al ser un tiempo especial en que la sensibilidad aflora más que otras veces se deben encarar verdades que el resto del tiempo quizás se evaden o no se confrontan.
La soledad es un mal de nuestros tiempos, podemos estar rodeados de personas y aún así sentirnos solos, o quizás no basta con lo que hacemos nos sentimos vacíos e insatisfechos con nosotros mismos si es así es fundamental preguntarnos ¿qué sucede en mi interior? Jesús nace y nos recuerda cuan importante es nuestra relación con Dios y allí puede que este la respuesta que nos brinde un sentido distinto no solo para la es que la Navidad sino para el resto de la vida.
Esperar el nuevo año desde el presente, los pensamientos de futuro puede ser angustiosos porque son inciertos y no tenemos seguridad ante lo que aún no ha llegado, por tanto demos la bienvenida a un nuevo año enfocándonos en el día a día sin pensamientos agobiantes con respecto a lo que el 2013 traerá, en su momento afrontaremos las distintas situaciones y las sorpresas que nos tiene reservado el devenir de la vida,
Evolucionar en una vida espiritual mas profunda, valorar lo que realmente vale, las personas, los actos de bondad de generosidad, descubrir cuales deben ser las verdaderas prioridades en un ano que comienza para el resto de nuestra existencia y desde esa perspectiva no solo nos llenaremos de una enorme paz sino que seremos realmente muy felices y bendecidos.
Namasté
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