EL CÍRCULO ETERNO
Una
historia popular nos cuenta que el químico alemán Augusto Kekulé soñó con “una
serpiente que se muerde la cola”, y que este sueño inspiró su descubrimiento de
la estructura anular de la molécula del benceno 1. Este ejemplo es citado
frecuentemente en los libros de texto de Química, en especial como una
introducción a la Química Orgánica. También se cita a menudo como un ejemplo de
los poderes creativos de la mente y de los mecanismos simbólicos de la
creatividad mental 2.
Quisiera en este artículo considerar
un tema relacionado a la serpiente que se muerde la cola, que es ignorado
frecuentemente en todas las versiones de la historia popular de Kekulé. La
discusión nos llevará lejos de la historia de la química y de las teorías
modernas de la creatividad, nos llevará quizás a considerar teorías muy antiguas
sobre la Creación del Universo.
Si Kekulé pensó que su sueño de la serpiente
mordiéndose la cola era original, se equivocó de pleno. La figura que iluminó en
su subconsciencia la estructura del benceno, ha sido conocida por lo menos por
un par de miles de años. Él puede haber visto el símbolo de la serpiente
mordiéndose la cola durante sus estudios de la historia de la química, desde que
este símbolo fue usado muy frecuentemente en la Alquimia Medieval y el
Renacimiento. Los griegos le dieron un nombre a fines del primer siglo de
nuestra era: el “Ouroboros”.
El Ouroboros, usualmente mostrado como una víbora,
dragón o serpiente mordiéndose su propia cola, simboliza varios conceptos
filosóficos y leyes naturales. Primero, sugiere un círculo, una línea curva que
fascinaba las mentes de los antiguos. El círculo no tiene principio ni tiene
fin, es una trayectoria infinita, que se mueve sobre sí misma
perpetuamente.
En la
naturaleza, su movimiento circular genera la curva sinusoidal, la forma básica
detrás del análisis armónico, las vibraciones electromagnéticas y las armonías
de la música. El movimiento circular del Ouroboros sugiere la Ley de los Ciclos
como se presenta misteriosamente en toda la naturaleza; los ciclos del día y la
noche, las estaciones; los periodos de la vida humana, la encarnación y la
muerte, los ciclos de la historia y de la economía y hasta el ascenso y caída de
las civilizaciones de la historia.
Para algunos de los filósofos
griegos que le dieron su nombre, el Ouroboros y su contenido representan el Caos
primordial a partir del cual nuestro Universo fue creado. Representa la
sustancia, la “Materia Prima” de la Creación. En los mitos de creación de la
antigua Babilonia, la relación entre el Ouroboros y la creación son aún más
claros: Marduk, el Gran Dios Guerrero, mata a su madre Tiamat, la Gran Diosa
Madre, cuyo cuerpo es el de una gran serpiente o dragón. Él luego utiliza las
partes, la sustancia de ese cuerpo terrible, fuerte y poderoso, para crear el
Universo. Ella se convierte, en los hechos, en la “Prima Materia” que el dios
usa en la Creación.
El
Caos, que tiene forma circular o esférica de acuerdo a las ideas de los
antiguos, es un principio desordenado donde las fuerzas opuestas se encuentran
en conflicto, perpetua batalla y lucha continua. Sin embargo, el Caos es una
unidad y está completo, porque en Él todo está contenido. No le falta ninguna
parte, ya que Él contiene toda la sustancia y la energía del Universo, aunque
los opuestos estén en eterno conflicto. El problema comienza cuando nos damos
cuenta que para poder crear, las fuerzas opuestas en el estado de Caos, deben
ser divididas y puestas en orden.
El Universo no puede ser creado a
menos que el Dragón, que aquí representa al estado de Caos, sea sacrificado y
sus partes sean usadas como la sustancia para la creación de cada planeta, de
cada estrella, de cada constelación. La idea de que el Caos debe ser dividido no
es solamente una consecuencia del pensamiento filosófico griego, esta idea fue
dada también por Moisés en su historia de la creación citada en el Génesis.
Comenzando con un “Caos sin forma”, la creación comienza con la separación de la
Luz de la Oscuridad, el Agua de la Tierra, etc.
Un dragón mordiéndose la cola representa los dos
principios: la forma circular del Caos, y la sustancia representada por el
cuerpo del dragón. La serpiente o el dragón mordiéndose su propia cola se
convierte en el símbolo de la “Materia Prima” para el alquimista, una sustancia
básica de la cual toda la materia se crea, por evolución, ellos razonaban, a
través de procesos naturales. Los alquimistas debían primero encontrar esta
“Materia Prima”, para poder comenzar La Gran Obra de producir la Piedra
Filosofal.
Las
serpientes y los dragones aparecen en la mayoría de las historias y mitos de la
creación. La historia Bíblica de Moisés hace jugar a la serpiente un papel
importante en la creación de la civilización humana en el plano material (atrae
a Adán y Eva que se encuentran en el jardín del Edén y los seduce a encarnar en
el plano material). Los dragones y las serpientes no tienen mucha suerte en los
mitos populares y los cuentos de hadas. El dragón debe sacrificarse, debe morir,
para que el trabajo importante pueda ser realizado (el trabajo de Creación o
División del Caos como se discutió más arriba). Esto aparece, por ejemplo en el
mito de Jason y los Argonautas. El dragón es el guardián del Vellocino de Oro en
Colchis, y debe ser derrotado y muerto para lograr la posesión de la valiosa
piel mágica.
Es posible que la idea del sacrificio del Dragón
haya dado principio a la idea de la asociación del Dragón y la Serpiente con la
imagen del Cristo en la Cristiandad. Esta idea, naciendo de los primitivos
Griegos cristianos (y con posible influencia de los Gnósticos paganos) ha sido
discutida extensamente por Carl Jung en su libro “Psicología y Alquimia”.
Símbolos tales como el Dragón, la Serpiente, el Cristo y la Piedra Filosofal, se
usan alternativamente como símbolos equivalentes en muchos tratados
alquímicos.
Aún la
afirmación “Yo soy el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin”, sugiere al
Ouroboros, con el principio y el fin unidos en la eterna paradoja del dragón que
come su propia sustancia para generar eternamente la misma sustancia nuevamente.
La discusión de muchas teorías acerca del comienzo y el fin del Universo
Material, comienza con las ideas generadas por la contemplación del Ouroboros:
¿Tiene el Universo un Fin unido a un Nuevo Principio? y ¿Sigue el Universo un
Gran Latido de Expansión seguido de una
Compresión?
¿La misma Paradoja alquímica del Dragón que se come
a sí mismo y crece de su propia sustancia, no sugiere la Ley Universal de la
Conservación de la Materia y la Energía?, ¿No es así como vemos a la Naturaleza
y la Cadena de la Vida, la llamada Cadena Alimentaria? y ¿No es ésta como un
Gran Dragón, donde la Cabeza se come a la Cola, eternamente perpetuando la misma
materia, que es reciclada de ser a ser, de una a otra
especie?
Como se puede apreciar, el símbolo del Ouroboros se
usaba para representar un vasto número de principios cósmicos e ideas religiosas
en el pasado. Y aún puede que le revele a usted, personalmente, muchísimas leyes
más en sus propias meditaciones personales sobre este Símbolo
Inmortal.
El
Símbolo del Dragón que se Muerde la Cola es altamente poderoso en el lenguaje
interno de la Siquis humana. Un símbolo Hermético de una época antigua donde los
misterios de la naturaleza no se expresaban con ecuaciones diferenciales ni
álgebra tensorial difíciles que se aprenden en abstracto en salones de clase de
las Grandes Universidades.
Se representaban simplemente a través del infinito
misterio de un Dragón que se muerde la cola.
Referencias Bibliográficas
1 La Cava, A., “Dreams and Scientific Discovery”, (“Sueños y
Descubrimiento Científico” ). The Rosicrucian Digest, October 1986, pp.
16- 18.
2 Jung, Carl
G., “Man and His Symbols”, (El Hombre y sus Símbolos). Doubleday and Co., New
York, 1982.
Fuentes: Alberto I. LaCava, Ph.D.,
F.R.C.-El Rosacruz
A.M.O.R.C.
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