lunes, 24 de septiembre de 2012

DIOS DIJO

Dios Dijo: ¿Y si miraras al rocío sobre el pasto y vieras diamantes brillando tal como lo hacen los poetas?
¿Y si vieras los árboles como pérgolas o como Jack y la planta de las habichuelas, ideales para treparlos?
¿Y si vieras el sol brillando y supieras que brilla por ti con todo el amor del Cielo?
¿Y si sintieras que todo es para vos, y que todo fue un regalo del Cielo para ti?
¿Y si vieras belleza en lugar de lo que sea que miras todos los días?
¿Y si fueras Mi hijo querido, el que amo con todo Mi corazón?
Te tiré joyas a los pies y estabas demasiado ocupado como para darte cuenta, o demasiado apurado como para molestarte para ver lo que te había dado y lo que realmente significas para Mí.
Es cierto que una vez más no te valoras. Una y otra vez piensas que tu valor depende de lo que este o aquel piensen de vos. Piensas que alguien externo te otorga la felicidad. La mujer o el hombre que alguna vez te amó ya no te tiene en primer plano y estás seguro de que no volverás a ser feliz. ¿Cuántas veces tengo que decirte que tu felicidad depende de ti y de nadie más? Yo no doto a los demás con poderes que no tienen. Nadie te da la felicidad.
Tú optas por la felicidad. Ciertas condiciones se reúnen y tú decides si permitirás que uno u otro te haga feliz. Tu giraste la llave de tu corazón. Dijiste, "ahora puedo dejar que entre el amor".
Yo tomaría todos los corazones rotos desparramados por mundo y los envolvería en una tela de brocado, y soplaría sobre ellos, y los curaría y así no quedarían corazones rotos.
Tarde o temprano, amado, los corazones rotos se sanan. No sientas pena porque lo hacen. No sientas pena porque superarás tu desengaño. Siente pena porque pensabas que tu felicidad provenía de otra persona. Ahora que sabes que tu felicidad depende de ti, olvida esas limitaciones del pensamiento que tenías.
Que hayas amado realmente y profundamente a alguien no significa que tengas que lamentar su despedida. Es una idea mundana que tengas que sufrir por eso, como si sufrir fuera algo en lo que vale la pena estar ocupado, como si el amor en tu corazón dependiera del amor de alguien más. Eso es un mito. Y es un mito aún peor el que te dice que el duelo tiene que ser tan profundo y durar tanto como tu amor, como si al abandonar el sufrimiento tú pudieras ocultar tu amor.
Y después está el mito de que para que el amor sea verdadero, el objeto de tu amor tiene que seguir amándote todos los días de tu vida. ¿Y tú que piensas, amado? Mantén el amor intacto en tu corazón a pesar de lo que otro haga o no haga.
Mantén vivo tu amor, y no te aferres a nadie. Cuando alguien quiera dejarte, mándale un beso de despedida. Todos tienen el derecho de vivir la vida que quieran, con o sin ti. No es un ataque contra ti, así que no te ofendas. Amado, por favor deja de lloriquear por los amores perdidos. No son traiciones.
Hay más corazones rotos de los que puedo contar. Sin embargo, ahora los tomo a todos ellos, los envuelvo en una tela de brocado y los sostengo junto al Mío. Los arreglo y se los devuelvo a sus dueños legítimos, tu corazón bendito, tu corazón feliz que ya no está roto. Ya no quedan cicatrices. ¿Cómo podría haber alguna, cuando Yo sostengo tu corazón, y lo hago con mucho cariño?
Traducido por: Cecilia R

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