Dios Dijo: ¿Realmente crees que puedes llevar al mundo sobre tus hombros? Sí, es cierto que eres responsable por todo y por todos, pero, amado, piensa por un momento. Si eres responsable por todo y por todos, ¿no eres también responsable por ti? Que seas responsable por el mundo no significa que tengas que cargar con todos los problemas del mundo. Tener responsabilidad por el mundo no significa que tú debas ser aplastado. No significa que tengas que resignar tu felicidad. Significa que tú, también tú, tienes que abandonar el sufrimiento.
Si te has dicho que no puedes ser feliz hasta que todo el mundo sea feliz, te has convertido en una carga para el mundo.
No esperas para comer hasta que todo el mundo se haya alimentado, o no estarías vivo como para servir al mundo. Te convertirías en el hambre de la cual debes aliviar al mundo.
¿Entonces, cuán distinto es ese campo llamado felicidad? Cuando te niegas tu propia felicidad, ¿cuánta felicidad le das al mundo? ¿Qué te hace pensar que estás haciendo algo bueno al cargar con todo el sufrimiento del mundo? No tienes la opción de una o la otra. Tu elección no es entre ser Atlas que lleva al mundo sobre sus hombros o ser un holgazán que se saca al mundo de encima y dice "No me importa el mundo".
Amado, tienes que reconciliarte contigo mismo, o no les estarás concediendo paz a los demás. No te estoy diciendo que seas egoísta. Te digo que no seas un mártir pues, ¿a quién ayudarías de ese modo?
Los Grandes se preocuparon por el mundo. Querían terminar con el sufrimiento del mundo. Sin embargo, no estaban abatidos. No andaban por ahí sintiendo culpa. ¿Qué tipo de modelo hubieran sido sino? Sirvieron lo que estaba enfrente de ellos. No sirvieron al mundo cortando su propia carne. No sirvieron al mundo con un sentimiento insoportable de fracaso. ¿Cómo podrían tener las manos libres para ayudar al mundo si sus brazos estaban cargando con el mundo? Tuvieron que dejar los problemas a un lado para tener las manos y los corazones libres para servir al mundo. Tu corazón tiene que tener la libertad para servir.
Si cargas con la culpa del mundo, ¿a quién le sirves? Si cargas con la culpa, te acusas a ti mismo. Cuando cargas con la culpa, estás sirviéndole al ego, ya que el ego te ha dicho que se supone que tú eres el Salvador. El ego te dice que le debes servir sopa al mundo entero y, si no lo haces, fallaste. El ego no siempre es un impulsor. El ego te insiste. Y luego te hace pasar desapercibido.
Los Grandes sirvieron al mundo, pero también sirvieron a un Maestro Superior, que soy Yo. Ellos se alegraron al servirme. Esperaron la alegría. No lastimaron a sus corazones con sufrimiento. No se golpearon el pecho. Se dieron un descanso.
Ellos no se dieron por vencidos con el mundo. Dejaron el sufrimiento. Si tenían que liberar al mundo del sufrimiento, tenían que liberarse a sí mismos del sufrimiento. No llevaron el peso del mundo. En su lugar, llevaron luz.
Sirvieron a quienes podían servir. Contaron a aquellos que alimentaron, y se alegraron. No contaron a todos aquellos a los que no pudieron alimentar.
Amado, de alguna manera tienes que dejar al sufrimiento de tu corazón. Tu paseo por la vida no se trata sólo de ti, pero te concierne. Bendice y ama al mundo, y bendícete y ámate lo suficiente para dejar la opresión de la culpa de una vez por todas.
Traducido por:
Cecilia R
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