viernes, 3 de agosto de 2012

LA CUIDADOSA ELECCION DE LAS PALABRAS ,vicenete beltran


¿Qué puede para nosotros significar hablar bien si no es la cuidadosa elección de todas y cada una de las palabras que pronunciamos? Tratando de embellecer su contenido, cargándolas de cualidad, de color, para que sea una perfecta estructuración geométrica en el éter, en el espacio que nos circunda. Además, hay que hablar con conocimiento de causa, hay que saber lo que se dice, hay que saber las consecuencias de lo que se dice. La murmuración, la crítica y la maledicencia constituyen un desconocimiento total de la Ley de Causa y Efecto que se halla en el centro de todas y cada una de las palabras, y estamos tratando de atraer a nuestras pequeñas envolturas la Gracia del Verbo Creador...

No bastará entonces que hablemos poco, que hablemos bien, con conocimiento de causa, con afecto, con sinceridad, si nos falta oportunidad. Sócrates decía que el sabio es sabio, no porque sepa mucho sino porque es oportuno cuando está hablando, cuando dice la palabra justa, no la palabra premeditada. Siempre estamos viviendo de la premeditación, ya sea de los pensamientos, de los deseos y de las palabras, entonces, nos falta elasticidad espiritual, debemos convertirnos en algo tan sumamente maleable desde el punto de vista del espíritu creador, que seamos como barro blando en manos de los devas, que nos dejemos moldear por el Gran Alfarero Divino, sin reaccionar, porque si definimos al ser humano siempre lo haremos en términos de resistencia a la ley, en términos de oposición, en términos de negatividad.

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